Inscripciones
La inscripción para el Encuentro por la Vida es personal, la que se verificará previo pago del importe previsto por la organización para participar en el evento. Las únicas vías válidas para la inscripción son en los lugares informados en el sitio www.fundacionmonicalicona.org y/o redes sociales de la fundación, además de la venta online que se hace también desde www.fundacionmonicalicona.org.
Entrega y retiro de kits
A cada participante debidamente inscrito se le hará entrega de un Kit, lo que se llevará a cabo exclusivamente en las fechas indicadas en el sitio www.fundacionmonicalicona.org y/o redes sociales de la fundación.
Para el correcto y rápido retiro del kit, quien retira deberá presentar el ticket de compra online impreso. En el caso de que un tercero (participante o no) quiera retirar el kit de un participante, deberá presentar una copia de la cédula de identidad del participante. Los kits se entregarán el día previo al evento (sábado 30 de septiembre 2017) desde las 9:00 am hasta las 18.00 horas, en el stand del Encuentro por la Vida informado en www.fundacionmonicalicona.org y/o redes sociales de la fundación. Y el día del evento (domingo 1 de octubre 2017) de 6:00 am a 7:00 am. Una vez cumplido ese período no se entregarán kits rezagados.
El Kit básico de carrera incluye:
- Camiseta Encuentro por la Vida
2. Bolsa Encuentro por la Vida
3. Sorpresas de los Patrocinadores
4. Número de carrera
La disposición de tallas de las camisetas será por exclusivo orden de llegada al lugar de retiro de kits, y siempre estará sujeto al stock limitado de ellas. La Organización solo garantiza la entrega de una camiseta por kit adquirido, pero no de una talla específica.
Reembolso y suspensión
En caso de suspenderse el Encuentro por la Vida por razones de fuerza mayor ajenas a la Organización, ésta podrá recalendarizar el evento o cancelarlo, a su arbitrio, pudiendo los participantes debidamente inscritos, en el primer caso, participar de la nueva carrera y, en el segundo, solicitar el reembolso del importe pagado por la inscripción, previa devolución íntegra del Kit, en caso de haberlo retirado, conforme a las leyes vigentes.
En caso de fijarse una nueva fecha para la carrera, ésta será avisada por los canales de información de Encuentro por la Vida.
Del ingreso al evento
Todo participante debe presentarse a la carrera con su camiseta Encuentro por la Vida puesta. Ésta será la única forma de ingreso válida para el evento actuando como entrada oficial para la corrida.
El evento no cuenta con servicio de guardarropa.
Respecto del evento
Categorías de la Corrida
En esta versión no existen categorías competitivas
Meta, Partida e Hidratación
La partida y meta se ubican en la zona de convocatoria y la ruta de 5 kilómetros cuenta como mínimo con un puesto de hidratación.
Marcación del recorrido
La ruta a seguir estará marcada por demarcación clara, sean estas cintas plásticas, carteles, flechas de dirección u otros elementos que indiquen al participante la ruta. Estos elementos de demarcación serán detallados en las comunicaciones oficiales del evento en www.fundacionmonicalicona.org y/o sus redes sociales. Queda prohibido a los participantes buscar atajos, cambiar o sacar las marcaciones, entregar indicaciones erróneas o confusas, tener una actitud antideportiva y desleal. Los participantes pueden ser excluidos de ésta y futuras carreras si sostienen alguna de estas actitudes o si no acudiese a solicitud de ayuda de otro corredor.
Condiciones generales de la corrida y paseo ciclístico
Esta corrida y paseo ciclístico por su característica y dinámica no competitiva, no se suspenderá en caso de inclemencias del tiempo, entiéndase por ello lluvia, granizo, nieve, viento o sol extremo.
Los participantes deben correr con la vestimenta y protección que el clima y las condiciones lo ameriten.
La ruta publicada ha sido previamente trazada por la Organización, por lo que no habrá improvisaciones relacionadas al marcaje, ubicación de puntos de abastecimientos y distancias.
La Organización designará un Director de la Prueba, quien controlará el cumplimiento del presente Reglamento por parte de los participantes y decidirá sobre cualquier tema inherente a la prueba misma.
Atención médica
La Organización dispondrá de una o más ambulancias la que dará los primeros auxilios y trasladará a un participante, si así lo requiere el médico de la prueba, sin costo para él al hospital o clínica donde el participante tenga seguro de salud (o a la posta más cercana).
La responsabilidad de la Organización se extiende hasta este punto y cualquier gasto adicional correrá por cuenta del participante.
Del retiro del participante
Si el participante lo desea, puede abandonar o retirarse durante el curso de la carrera, entendiéndose para estos efectos como el fin de toda obligación que la Organización pueda tener para con dicho participante.
Salir del recorrido establecido de la carrera será considerado como el retiro del participante y, por tanto, de toda obligación que la Organización pueda tener para con dicho participante.
Vehículos en el recorrido
Los únicos vehículos autorizados a seguir la prueba son los designados por la Organización, debiendo portar visiblemente la identificación correspondiente. Queda totalmente prohibido seguir a los participantes en moto, bicicleta u otro medio de transporte de propulsión mecánica o animal, para evitar que se produzca cualquier accidente a los participantes.
De la seguridad durante la carrera Queda prohibido:
Realizar maniobras que pongan en peligro la integridad y salud propia o de otros participantes. Realizar actos temerarios.
Realizar actos o comentarios ofensivos, descalificativos o discriminatorios contra otros participantes o miembros del staff.
Interrumpir el flujo de participantes. Correr en contra del sentido del recorrido.
Otras actividades consideradas riesgosas por el staff, banderilleros o encargados de seguridad de la carrera. Cualquiera de estos actos es causal de descalificación de la corrida y de la adopción de acciones legales en el caso de corresponder.
Aceptación del uso de imágenes
Acepto y autorizo a Fundación Mónica Licona y a TeCapte.com, y sin costo económico alguno para ellos, para que desde el momento de mi inscripción, hasta el día de la carrera, sea fotografiado, grabado y entrevistado. Acepto la difusión de las imágenes tomadas para ser difundidas en medios televisivos, cine, diarios, web, Internet, revistas, redes sociales, afiches o cualquier material publicitario que tenga por objeto promocionar o difundir las carreras de Encuentro por la Vida a lo largo de Panamá y en el extranjero.
Responsabilidad
La Organización no asume ninguna responsabilidad por los daños de ningún tipo que por la participación en esta corrida o paseo en bicicleta pueda ocasionarse un atleta a sí mismo, a otras personas e incluso en el caso de que terceras personas ajenas a la Organización causen daños al participante.
Reconocimiento
Todos los participantes, por el hecho de inscribirse, declaran conocer y aceptar estas Bases y el Pliego de Descargo de Responsabilidades y Protección de Datos. En caso de duda, prevalecerá el criterio de la Organización.
Pliego de Descargo de Responsabilidades y Protección
Por el sólo hecho de inscribirse, el participante declara lo siguiente:
Me encuentro en estado de salud óptimo para participar en Encuentro por la Vida. Además, eximo de toda responsabilidad a la Organización, auspiciadores, patrocinadores u otras instituciones participantes ante cualquier accidente o lesión que pudiera sufrir antes, durante y/o después del evento deportivo, relacionados a la corrida misma, renunciando desde ya a cualquier acción legal en contra de cualquiera de dichas entidades.
Durante el desarrollo de la competencia contribuiré en lo posible con la Organización, para evitar accidentes personales. Autorizo además a que la Organización haga uso de mis datos personales, uso publicitario de fotos, videos y cualquier otro tipo de material audiovisual en el que pueda figurar antes, durante y después de la carrera, aceptando su difusión en los medios de comunicación y/o Internet, sin esperar pago, compensación o retribución alguna por este concepto.
Entiendo y acepto que por tratarse de un evento que se realiza sobre bienes nacionales de uso público, las autoridades del gobierno central, regional y municipal, pueden imponer restricciones, limitaciones o modificaciones a su trazado, uso, fecha y/o horario, sin previo aviso, de manera que libero de toda responsabilidad a la Organización si alguna de dichas circunstancias se materializare o llegase a ocurrir. Asimismo, libero de responsabilidad a la Organización si el evento tuviese que ser suspendido, pospuesto o cancelado, total o parcialmente, por un hecho, ajeno a la voluntad de la Organización, producido u ocasionado por un caso fortuito o fuerza mayor.
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Acepto que lo anterior es condición necesaria para retirar kit de competencia y participar en el Encuentro por la Vida.
Anexos
Los boletines e informativos que se emitan antes de la fecha de la competencia se considerarán parte de este reglamento si así se mencionase.
Hace 22 meses que estamos extrañando tu presencia física, mi querida Mónica. En todo este tiempo Dios nos ha dado la fortaleza para seguir adelante con nuestras vidas y para aceptar su voluntad.
Los bellos recuerdos de tus 22 años quedaron grabados en nuestro corazón y en nuestras mentes.
En este capítulo me gustaría compartir con ustedes algunos de estos recuerdos que estamos seguros que los que conocieron a Mónica, también los tienen presente.
Desde muy pequeña, Mónica tenía una personalidad extrovertida, disciplinada, responsable, amigable y muy cariñosa. Como les comenté en algún capítulo pasado, no le gustaba dejar nada para mañana, lo que tenía que hacer lo quería hacer enseguida.
Recuerdo que cuando la invitaban a un cumpleaños, ella quería ir a comprar el regalo de una vez. Era incapaz de llegar a un cumpleaños sin regalo, hasta que no compráramos el regalo ella no se quedaba tranquila, todos los días me lo recordaba, mama acuérdate del regalo de tal persona.
A Mónica le encantaban los zapatos. Recuerdo que cuando tenía como 4 años, fuimos a un almacén en Orlando y estábamos en el departamento de ropa de niñas. Al rato, después de unos minutos, escuche que anunciaban en el almacén: “Elsie, Mónica te espera en el vestidor de damas”. Tan pronto lo escuché, miré a mi alrededor y Monica no estaba, así que todos a la vez, nos dirigimos lo más rápido que pudimos al vestidor de damas. Tan pronto llegamos, para nuestro alivio, vimos a Monica que estaba sentadita y muy calladita en una silla con una señora esperándome. Ella estaba tranquila, se levanto con una sonrisa y me dijo, mama es que fui a ver unos zapatos que me gustaron y luego me perdí en la tienda y le pedí a la señora que te llamara. Gracias a Dios, Mónica desde chica fue muy chispa, nunca fue una niña tímida.
Era tan responsable, que en la escuela cuando le asignaban un trabajo en grupo, a ella le gustaba llevar todos los materiales para asegurarse que al momento de entregar el trabajo no faltara nada, para asegurar una buena nota. Cuando le asignaban un trabajo para entregar en un mes, ella lo quería hacer de una vez, no le gustaba tener nada pendiente para hacer. Su responsabilidad estaba por encima de todo.
Era muy disciplinada y puntual, en los entrenamientos de sus deportes favoritos, natación, triatlón y ciclismo. Ella realizaba los planes que le asignaban los entrenadores, al pie de la letra, no omitía ni un metro, ni un segundo, porque decía que si no los hacía completos, no le iba bien en la competencia. Después de cada competencia o de cada prueba, ella analizaba como podía mejorar la próxima vez, en cada una de las disciplinas.
Un día amaneció con gripe y así se fue a la escuela. Después de la escuela, todas las tardes el señor William, la buscaba en su taxi a la casa y la llevaba a la piscina a entrenar natación. Nosotros la pasábamos a buscar cuando salíamos de nuestro trabajo. Ese día, le dije que no fuera a nadar, por la gripe. Beto me fue a buscar al trabajo y nos fuimos a casa porque sabíamos que Monica no había ido a nadar y esa tarde estaba cayendo un diluvio. ¿Cuál fue nuestra sorpresa cuando llegamos a casa? Monica se había ido a entrenar a la piscina ese día! En ese momento, se me cayó el cielo encima, Dios mío, la natación era hasta las 5:00 p.m. y eran las 6:30 de la noche, ¿donde está mi hija debajo de este aguacero? De inmediato, Beto y yo nos fuimos a la escuela a buscar a Mónica. Cuando llegamos vimos a lo lejos el guardia de seguridad que estaba con un paraguas y a su lado, gracias a Dios, sentada en un murito de cemento estaba Mónica. Ella se había hecho amiga del guardia de seguridad y él la cuidó hasta que nosotros llegamos por ella.
Una de sus comidas favoritas era el saus. Un día Beto se llevó a Monica al Chorrillo a comer saus. Ella tenía como 6 años y ella misma le pidió saus a la señora de la fonda. La señora se extrañó de ver que una niña pidiera saus, así que le trajo su pedido. Mónica muy feliz agarró el saus con la mano y comenzó a saborearlo, le encantaba chupar la patita hasta dejar el hueso completamente limpio. La señora asombrada le dijo a Beto que nunca había visto a un niño comiendo saus con tanto gusto como lo había hecho Monica.
Su época favorita del año era Navidad, desde noviembre estaba pensando y planificando sobre cómo iba a decorar la casa. Estaba atenta a los nuevos arreglos y adornos que salían en las tiendas y me decía mamá, vamos a comprar esto y lo otro, mira qué lindo se verá en tal lugar de la casa. Para navidad, cada rincón de la casa, estaba adornado. Le encantaba cambiarle el color al arbolito cada 2 años, así que cada 2 años el gasto en adornos para el arbolito se duplicaba. Por otro lado, el tema de los regalos, ella creía que era Santa Claus. Le encantaba comprarle regalos a toda la familia, amigos y por supuesto a los niños de escasos recursos. Le encantaba comprar los regalos de acuerdo al gusto de cada persona, era muy especial para comprar regalos, no se fijaba en el precio, lo importante para ella era que el regalo le gustara a la persona porque le encantaba verle el rostro a la persona cuando abría el regalo.
Su empatía con todas las personas era enorme. Cuando alguien estaba triste o necesitaba ayuda, ella era la primera en acudir a dar apoyo moral. Hacía todo lo que tenía a su alcance para hacer que la persona se sintiera bien. Se ponía muy triste con los niños enfermos de cáncer o que sufrían de enfermedades fuertes, ella se les acercaba a conversarles y compartía tiempo con ellos.
A nivel espiritual, desde pequeña, le gustaba orar. Logró conectarse con Dios, conversaba con Él y se alegraba cuando le salían las cosas bien o cuando lograba algo. Siempre decía, mamá, gracias a Dios, todo salió bien, me fue bien en el examen o me fue bien en la competencia.
A medida que fue creciendo, se fue acercando cada vez más a la iglesia, hizo su catequesis de primera comunión, post comunión, su confirmación. Después de su confirmación, se integró al grupo de catequistas por un tiempo, los apoyaba con los niños y a la iglesia en todas sus actividades.
Se acostumbró a acudir a misa todos los domingos, siempre me decía, mami me acompañas a la misa hoy, si no estás lista me voy sola y así fue, algunas veces la acompañamos y otras veces se iba sola a la misa. Le gustaba ir a las misas en la Iglesia de Guadalupe. En la Guadalupe tuvo la oportunidad de conocer al Padre Cesar, de quien se hizo muy amiga y le tenía un gran aprecio.
Qué lindo poder compartir con ustedes estos bellos recuerdos que tenemos de nuestra querida Mónica. Les reiteramos que aceptamos la voluntad de Dios, aunque muchas veces no la comprendamos. Recordemos que nacemos para morir y morimos para nacer en la vida eterna. La muerte es algo natural a la cual todos le tememos, sin embargo, eso es lo único seguro en esta vida. Mi esperanza es que cuando reciba el llamado de Dios, mi Mónica me estará esperando con los brazos abiertos.
Gracias a todos por leer mi blog, que Dios los bendiga y nos vemos en nuestro próximo capítulo el 20 de agosto.
El día 20 de septiembre del 2015, a las 5:45 a.m., mis hijas Lianna y Mónica, salieron de su casa como en muchas otras ocasiones a entrenar el deporte que les apasiona: el ciclismo. Ellas estaban entrenando fuertemente para el Tour Femenino de Ciclismo. Estaban muy entusiasmadas con este tour y entrenaban todos los días.
Por primera vez, les relato lo que me han contado sobre los detalles del accidente de mis hijas.
Ese día, iniciaron el recorrido en bicicleta desde Vía Israel, a la altura del antiguo Instituto Justo Arosemena. Mónica vivía en esta área cerca de la ciclovía recreativa y decidieron encontrarse en su casa para salir juntas aquel día. La ciclovía recreativa en el tramo de Vía Israel ya contaba con conos cuando ellas iniciaron su entrenamiento.
Unos cuantos kilómetros más adelante, por Nikos Café, Lianna sufrió una caída de la bici, ambas se detuvieron un momento. Mónica revisó la bici de su hermana y se percataron de que había un daño severo en los cambios y que si Lianna quería continuar, sólo podría usar los cambios más duros de su bici ese día (su plan era encontrarse con un grupo que iba hasta Puente Don Bosco). Un chico que pasó corriendo, también entrenando a esa hora, se paró a ayudar para reparar el daño pero todo fue en vano. Ambas decidieron que iban a seguir para no perder el día de entrenamiento y Lianna para no dejar de acompañar a su hermana le dijo que lo menos que podía pasar era que se quedaran en la ciclovía plana.
Iban pedaleando juntas y tranquilas, calentando una al lado de la otra. Mónica iba al lado cercano de la acera y Lianna iba a su lado en la vía. Hasta que llegaron a la Avenida Balboa justo al frente de la entrada a los estacionamientos del Hotel Miramar. En este momento, Lianna, escucha un fuerte ruido. Es el momento donde el auto impacta a mi niña Mónica y Lianna ve a su hermana volando por los aires.
El auto venía a una velocidad aproximada de 130 kilómetros por hora y lo más sorprendente fue que nunca llego a detenerse ni bajar la velocidad, el conductor se dio a la fuga. Tampoco nos explicamos cómo es que sólo impacta a Mónica, quien iba del lado de adentro de la calle, cerca a la acera. Lianna, me manifiesta que en ese momento, ella no sintió nisiquiera la brisa del auto y tampoco la tocó el retrovisor, absolutamente nada, como si no hubiese estado en el camino. Ella piensa que algo extraño pasó en ese momento, algo que salvó su vida. Dios es grande, fue un milagro que a Lianna no le haya pasado ni un rasguño.
Había un grupo de ciclistas reunidos en los estacionamientos del hotel Miramar quienes de inmediato se acercaron al área del suceso, atraídos por el estruendo. Dos de ellos intentaron brindar los primeros auxilios, sabiendo que el daño era grave. El servicio de ambulancia llegó y se llevaron a mis hijas al Hospital más cercano. Muchas gracias a todos por su solidaridad con mi hija Lianna en esos momentos de desesperación.
Gracias al gobierno que puso una recompensa para ubicar al responsable de esta tragedia que empañó la vida tan hermosa de mi hija menor de tan solo 22 años y causó un insuperable dolor a nuestra familia. Después de 7 días del accidente se logró dar con el paradero del responsable. Estuvo escondido en el interior del país, en el cielo raso de una residencia.
En este relato, nos reservamos el nombre de la persona que causó el accidente. Estamos seguros que este señor no salió de su casa pensando que iba a ser el responsable de un accidente donde perdería la vida una persona inocente, mi hija. Nadie sabe qué le pasó al señor conductor irresponsable, debido a que nunca divulgó ni supimos en qué estado estaba el día del accidente, no sabemos nada de lo que llevó a este señor a cometer este accidente que se convirtió en tragedia para nuestra familia.
En el mes de diciembre de 2016, se realizo el juicio para determinar la sentencia del responsable de esta tragedia lamentable. Agradecemos a la firma de abogados Turner y Turner, especialmente a la Licenciada Ileana Turner, quien se adueño y se entrego desde un inicio, a este largo proceso legal, aportando todas las pruebas, todos los detalles, toda la información necesaria para fundamentar el análisis de cada parte del caso, con el objetivo de que el juez contara con todos los argumentos del accidente bien fundamentados y con ello poder tomar la mejor decision para dictar la sentencia.
La noticia del accidente de mi hija salía todos los días en los medios, informando que no ubicaban al conductor irresponsable. En realidad en esos momentos, de profundo dolor no sentía ningún interés en conocer los detalles del accidente, ni sobre la captura del conductor.
En los momentos más críticos de dolor, Dios me daba su fortaleza y aprendí que hay 2 formas de ver todas las circunstancias que se presentan a lo largo de nuestras vidas y lo más lindo es que Dios nos da libre albedrío para tomar la decisión que nosotros queremos en ese momento, porque siempre hay oportunidades de cambiar para convertirnos en mejores personas. Las dos opciones son: aceptar la paz, el amor, la tranquilidad y la fortaleza de Dios y la segunda es aceptar el sufrimiento, el dolor, la tristeza, el miedo o el temor, esta opción te aleja del amor de Dios.
En mi caso, acepté la voluntad de Dios y sentí como me inundaba de paz, de amor, de fortaleza, ante la adversidad de haber perdido la presencia física de mi hija. Sin embargo, a medida que me llenaba de paz y amor también recibía bendiciones y atraía el amor de todas las personas que me rodeaban. En todos los lugares donde llegaba, las personas se acercaban a darme una palabra de aliento, a darme mucho ánimo y eso me hacía sentir mucho mejor.
Mis amigos y familiares, me preguntaban cómo me sentía acerca del señor que atropelló a mi hija. Algunas personas estaban indignadas con él por su irresponsabilidad e insensibilidad de nisiquiera dar la cara. En realidad, nunca pensé mal del señor. Al reflexionar un momento sobre esta situación, me di cuenta que en mi corazón, no siento resentimiento ni sentimientos negativos hacia el conductor irresponsable. Esto quiere decir que Yo lo había PERDONADO sinceramente.
El PERDÓN es una acción que sana nuestras heridas del alma, nos libera de todo sentimiento negativo. Perdonar y perdonarse a sí mismo, es una acción tan grande y tan importante que nos acerca al amor de Dios. Es una forma de vivir en paz, en armonía, con uno mismo y con todas las personas que nos rodean. El perdón es como un puente que une a las personas, a los esposos, a los amigos, a los familiares, a los compañeros de trabajo, a todo el mundo. Somos seres humanos, nos equivocamos, erramos y algunas veces les fallamos a las personas que mas amamos.
El perdón no es olvidarse del tema, de la situación o de la persona que nos hizo daño. Sabemos que hemos perdonado, cuando nos sentimos bien al recordar o hablar de aquella situación o persona que una vez nos hizo sentir mal.
Los invito a liberarse del resentimiento por su propio bienestar. Practiquen el perdón, si no están cerca de la persona o no se sienten cómodos para pedirle perdón o disculpas a alguien, lo pueden hacer mentalmente y de corazón. Les aseguro que se van a sentir tranquilos, llenos de paz y amor.
Gracias una vez más por leerme, ¡Que Dios los bendiga a todos! Nos vemos el 20 de julio.
En una reunión familiar en mi casa, para fin de año 2014, surgió el tema de lo divertido que es viajar en un crucero. Todos aportamos experiencias e ideas sobre los cruceros y acordamos que el mejor crucero es el de Disney. Nuestros familiares y amigos lo recomendaron. Inmediatamente comenzamos a planificar nuestro viaje en familia en el crucero de Disney. Recuerdo lo feliz y ansiosa que estaba Mónica de vivir por primera vez la hermosa experiencia del crucero.
Este viaje lo habíamos planeado con todos los detalles con mucho tiempo de anticipación de manera que todo se había pagado y nos quedaban varios meses para ahorrar dinero para gastar en el viaje. A principios de septiembre ya estaba todo listo, solo esperar la fecha del viaje que estaba programado para el 30 de octubre de 2015. Todos estábamos ansiosos con este viaje, el cual se convirtió en el tema favorito de todos los días. Lianna y Marcela querían llevar un calendario con la cuenta regresiva hasta el día del viaje, pero a Mónica no le pareció muy buena idea, así que no llevamos la cuenta regresiva.
El día 20 de septiembre 2015, todos nuestros sueños y nuestros planes, se desvanecieron. Ninguno de nosotros sentía ánimos de seguir adelante con este viaje. En varias ocasiones, conversamos en familia para tomar la decisión de cancelar el viaje, o hacerlo, pero algo nos decía que debíamos seguir adelante con el crucero. Lianna llamó a la línea de cruceros de Disney para informarles sobre nuestra tragedia e investigar qué era lo que teníamos que hacer para cancelar el boleto de Mónica. Una joven muy agradable atendió la llamada de Lianna y le recomendó que en lugar de cancelar el boleto de Mónica, que le buscáramos un reemplazo y solo teníamos que cambiar de nombre del boleto y que el costo era muy bajo. Lianna le comentó a la joven que esta decisión la debemos tomar en consenso familiar y que le regresaba la llamada para informarle sobre la decisión. Conversamos entre Lianna, Beto y yo sobre el cambio de nombre y decidimos que si y que le ofreceríamos el boleto de Monica a mi hermana María. Llamamos a mi hermana, le contamos sobre el boleto y la invitamos al crucero. Ella ni siquiera lo pensó, me dijo que SI nos quería acompañar. Más tarde, me llama mi hermana para consultarme si su esposo podía acompañarnos en el viaje, nuestro primo Cesar y le respondimos que sí, nos gustaría que nos acompañara. Lo que teníamos que hacer eran los cambios en la agencia de viajes. Lianna llamó nuevamente al Disney Cruise line y les informo sobre una persona adicional para el viaje y le recomendaron una habitación para dos a un costo aceptable. Gracias a Dios, una parte del viaje ya estaba solucionada, la parte del crucero.
A la mañana siguiente, nos presentamos a las oficinas de la aerolínea para realizar el cambio de nombre en el boleto y a comprar el nuevo boleto para el esposo de mi hermana. Al llegar a la aerolínea, nos atendió una joven muy atenta, lo primero que hizo fue cambiar el nombre del boleto de Mónica por el de María. Luego, se puso a buscar vuelo para Cesar el esposo de mi hermana, le pedimos a Dios que el boleto de Cesar debía cumplir con dos reglas: con la fecha programada y a un precio aceptable. Al principio, la joven, nos comentó que no había puesto en el avión para el 30 de octubre y el costo del boleto estaba sumamente alto, 3 veces más del costo original. En vista de que no había puesto, la joven siguió buscando otras fechas cercanas al 30 de octubre y nos consultó si mi hermana y su esposo podían viajar un día antes, es decir, el 29. En esa fecha si había puestos disponibles en el avión. Le contestamos que si podían viajar un día antes, ya que habían tomado vacaciones toda esa semana. Para nuestra sorpresa, el costo del boleto salió a menor precio del que nos había costado casi un año antes. Dios es maravilloso, aunque nos embargaba un profundo dolor y tristeza, todo salió a la perfección. El plan de Dios es perfecto. Sabíamos que Mónica también nos acompañaría en este viaje que tanto soñó y anheló.
Los días pasaban y poco a poco nos fuimos preparando para nuestro viaje, no teníamos idea como íbamos a enfrentar la aventura bajo la presión del dolor que embargaba nuestro corazón. Es increíble, como la línea de cruceros de Disney, cuida cada detalle del crucero para que la experiencia de todos sea perfecta y única. Muy pronto se llegó el día de nuestro viaje. Me sentía bien por haber tomado la decisión de seguir adelante con el viaje, estamos seguros que así lo hubiera querido Mónica. Así que como siempre, me encomendé a Dios para que me siguiera llenando de paz y fortaleza en esta nueva experiencia, que habíamos planeado con tanto amor, emoción y pasión un año antes.
Llego el día tan esperado por Mónica, el 30 de octubre, en el aeropuerto de Tocumen, cuando abordamos el avión, las emociones y los sentimientos salieron a flote. Mi esposo Beto, mi hija Lianna, mi sobrina Marcela, Mi hermana María y mi cuñado Cesar, todos le pedimos fortaleza a Dios para contener nuestras lágrimas y nuestra tristeza. Mónica estuvo siempre presente en mi mente y en mi corazón. Durante todo el vuelo, no cruzamos palabras, vivimos un silencio total, cada uno sintiendo el duelo a su manera.
Llegamos a Miami, bajamos del avión, pasamos aduana, retiramos nuestras maletas y fuimos a retirar el auto que alquilamos. Todos hablábamos lo necesario, era como cuando no conoces a las personas y no tienes tema de conversación. Retiramos el auto y nos fuimos para Orlando. Recuerdo que en el camino, conversamos un poco más, paramos a comer y al baño y seguimos nuestro trayecto.
Ese otro día era 31 de octubre. El plan era visitar el parque de Universal Studios de día y a la noche de Halloween. Mi hermana María nos mandó a hacer suéteres color negro con la imagen en blanco de Stormtrooper, para que fuéramos iguales. Les cuento que desde que llegamos al parque vivimos el presente, vivimos el momento, al principio fue aterrador como nos asustaron unos monstruos con unas sierras eléctricas que te ponían muy cerca de tu cuerpo y podías sentir el olor a combustible; Mientras otros nos perseguían para asustarnos. Entramos a las casas embrujadas, todo estaba hermosamente decorado, la creatividad en ese parque superó nuestras expectativas.
El 1 de noviembre, nos levantamos temprano y nos fuimos hacia Cabo Cañaveral, donde tomaríamos nuestro anhelado Crucero. Ese día nos pusimos el suéter del Triatlón de Pedasí, evento en homenaje a Mónica, celebrado unas semanas antes. El suéter en la parte del frente dice: Mónica Memorial y tiene el logo de la Fundación. Cuando llegamos al crucero nos chequeamos, entregamos nuestras maletas e hicimos la fila para entrar al barco. Antes de entrar al barco toman la foto familiar y al llegar al sitio para tomarnos la foto, para nuestra sorpresa el fotógrafo nos observa a todos y exclamó: ¡Waooo! ¡Mónica debe ser una persona muy especial! Se sonrió y nos tomó la foto. Ese comentario nos estremeció a todos y él sin tener ni idea de lo que sucedía en ese momento.
Llegó el momento de enfrentar la realidad, la hermosa entrada al crucero, sin la presencia física de Mónica. Recuerdo que quería estar sola, no quería que nadie me observara, quería sentirme invisible, me retiré a un lado donde pasara desapercibida y no pude contener mis lágrimas. Fue un momento de desahogo. Sentí ganas de regresarme a casa, no quería seguir en el crucero sin Mónica, este viaje no tenía ningún sentido sin ella. Lianna, se acercó, me abrazó, me consoló, me apoyó, me animó, me sacó del trance donde me encontraba, me tomó del brazo y me llevó hacia el comedor del barco. Después de un rato, ya me sentí más tranquila, almorzamos, conversamos y el barco zarpó. Más tarde fuimos a ver nuestras habitaciones y a dar una vuelta de reconocimiento al barco. Lo que recuerdo del barco, es hermoso, todo está perfectamente bien decorado y en su lugar, los colores, la estructura divina, los pisos, las alfombras, los techos, todo es un sueño hecho realidad, no hay nada que encuentres que no sea perfecto. En las noches los shows, las actividades, todo espectacular, recuerdo que miraba toda la belleza a mi alrededor y dentro de mi corazón, sentía ese vacío, esa tristeza profunda, ese deseo de poder ver a Mónica disfrutar del crucero que tanto anheló.
Al día siguiente, estábamos en el lobby del barco y se acerca un amigo de la familia, nos saluda, conversamos un rato y nos invita a participar en una carrera de 5kms, que se realiza en la isla de Castaway Cay, la isla privada de Disney. Nos comenta que la carrera estaba programada para el siguiente día. Era importante que temprano en la mañana nos presentáramos en un sitio del barco a registrarnos para la carrera. Todos en el grupo nos entusiasmamos a participar en la carrera y se la dedicamos a Mónica. Al día siguiente, nos levantamos temprano, el barco llegó al puerto de la isla y nosotros fuimos a registrarnos para la carrera. Ese día acordamos usar el suéter que decía Mónica Memorial. La organización de la carrera fue excelente, hicieron el congresillo de la carrera, una presentación de toda la isla, del recorrido y la ruta a seguir para completar los 5 kilómetros de la carrera. Luego, bajamos a la isla, era realmente hermosa, rodeada del inmenso mar con colores llamativos entre verdes, turquesas y azules. Poco a poco fueron llegando los participantes y muy pronto dieron la partida de la carrera. Éramos entre 80 y 100 participantes, niños, jóvenes, adultos, adultos mayores. Al salir a correr todos nos dispersamos en el recorrido, Lianna, Beto y Cesar que eran los más rápidos se fueron adelante, María, Marcela y yo nos quedamos un poco rezagadas atrás. Mónica me acompañó durante toda la carrera, le iba conversando, sobre cuanto la amaba, cuanto la extrañaba y que esta carrera la estaba haciendo en su honor. Poco a poco fui avanzando en el recorrido y absorta en los pensamientos que no me di cuenta que estaba sola y a punto de llegar a la meta. Me detuve un momento y un poco más atrás venia María y mi sobrina Marcela, las esperé un momento y las 3 entramos a la meta juntas. A la llegada nos pusieron una hermosa medalla de participación, nos tomamos de las manos, levantamos los brazos, miramos al cielo y le dimos gracias a Dios por darnos la fortaleza de completar el recorrido de los 5 kilómetros y a Mónica por acompañarnos en todo el trayecto.
Gracias a la carrera, nos sentimos más animados a seguir disfrutando del crucero. Los desayunos y las cenas deliciosas no se hacían esperar en los distintos restaurantes del barco. La atención y el servicio personalizado y esmerado de todo el personal del barco excedieron nuestras expectativas. Muy pronto el crucero llegó a su fin y nosotros regresamos a nuestros hogares y a nuestra realidad.
Estimados amigos, la experiencia de perder la presencia física de un ser querido, en especial un hijo, es muy dolorosa y puede ser uno de los dolores más grandes que un ser humano puede experimentar. Debemos aceptar que Dios nos presta a nuestros hijos para que aprendamos a amar incondicionalmente a una persona. Recuerdo que mi abuela siempre me decía cuando era pequeña que yo podía querer a las personas, que yo no amaba a nadie, que solo hasta el día que tuviera un hijo, iba a saber lo que era el amor verdadero.
A lo largo de nuestras vidas debemos tomar decisiones importantes, pero la decisión de seguir adelante con nuestro viaje a tan corto tiempo de la partida de nuestra hija, fue muy difícil. Estamos seguros que muchas personas en nuestro lugar, hubieran cancelado el crucero. Sin embargo, nosotros decidimos seguir adelante con nuestros planes, como Mónica así lo hubiera querido. Estamos seguros que Mónica nos acompañó en este viaje y que también lo disfruto al igual que nosotros. Hoy día me siento satisfecha de haber tomado la decisión para cumplir con el sueño de nuestra hija y de disfrutar todos juntos en familia del Crucero de Disney.
GRACIAS a todos por leer mi blog, nos vemos el próximo 20 de Junio. ¡Lluvia de bendiciones para todos!
- Caminó a los 9 meses
- Aprendió a montar bicicleta sin llantitas a los 3 años.
- A los 4 años inició su carrera deportiva con la Natación. Estuvo por muchos años en el club de natación de su escuela. Participó en eventos nacionales y representó a Panamá en competencias internacionales.
- A los 8 años incursionó en Triatlón participando activamente en competencias nacionales y también representó a Panamá muchas veces en competencias internacionales.
- A los 17 años nació su pasión por el ciclismo. Fue una destacada ciclista, participó en competencias nacionales y representó a Panamá en competencias internacionales.
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Cumplió su sueño de casarse a los 19 años por lo civil. En un año organizó su boda y a los 20 años se casó por la iglesia.
Después de la misa de despedida de mi niña hermosa Mónica, fuimos al Jardín de Paz a depositar sus cenizas. Este fue otro momento que nos embargó de mucho dolor. Al llegar al Jardín de Paz, recordé aquel momento, cuando Beto y yo muy entusiasmados compramos la cripta un par de años atrás, con la idea de que ésta iba a ser nuestra última morada.
Queríamos tener esto listo para cuando nos tocara el llamado de Dios. En broma decíamos que Mónica y Lianna se casarían y ellas con su familia también tendrían su propia morada algún día.
Nunca nos imaginamos que la que ocuparía nuestra última morada iba a ser nuestra hija Mónica. Muchos otros pensamientos y recuerdos de Mónica pasaron por mi mente por un lapso de tiempo, luego regresé a la realidad, el lugar estaba lleno de personas acompañándonos, seguían apoyándonos, consolándonos y dándonos fuerza para resistir este dolor hasta que colocamos la urna en el nicho.
Nos quedamos un rato mas adornando, tocando y acariciando el nicho hasta que llegó el momento de regresar a casa.
Llegamos a nuestra casa, extenuados, cansados, entristecidos, sin ganas de nada, con un vacío inmenso en nuestro corazón. Gracias a Dios, mi familia y amigos nos acompañaron, entre ellos, nuestra querida Geña, la nana que cuidó a Mónica por muchos años, también sentía un dolor muy profundo por la partida de su Chili, el apodo que le puso a Mónica desde que comenzó a cuidarla desde que tenía 2 años (Chili de Chilindrina).
A Mónica le encantaban las colas de caballo y los cachitos, en las mañanas salía regia para la escuela y cuando regresaba los cachitos estaban todos disparejos y despeinados. Mónica y Geña desarrollaron una hermosa relación por muchos años.
Algo que nos ayudó en estos momentos de dolor fue que los temas de conversación eran relacionados a Mónica. En la mesa de la sala teníamos un grupo de álbumes llenos de fotos. Cada foto tenía una historia o algo que recordábamos y lo compartíamos entre todos y así se nos fue pasando ese día.
En la noche era casi imposible conciliar el sueño, dormíamos entre ratitos, la mayor parte del tiempo la pasamos en vela, pensando y llorando, hasta que volviera a amanecer y a comenzar el día de nuevo.
Al día siguiente nos levantamos, desayunamos algo, conversamos un rato. Me senté sola en la sala y me hice varias preguntas a las cuales no les tenía una respuesta:
¿Qué voy a hacer con mi vida ahora sin mi hija?,
¿Cómo voy a superar este dolor?,
¿Cómo voy a llevar mi vida de ahora en adelante?,
¿Qué voy a hacer?
Sentía una pesadez en la cabeza, un vacío en mi alma, un dolor en el pecho, mi mente estaba en la nebulosa, todo se me olvidaba.
En ese momento de tribulación, Dios se manifestó cuando sonó el teléfono, atendí la llamada, era una compañera de trabajo que llamó para saludarme, para saber cómo estaba y para informarme que tenía toda la intención de ayudarme a superar esta situación y para esto nos recomendaba varias psicólogas.
Esta llamada me impresionó, no la esperaba y claramente podemos entender en este momento, que el tiempo de Dios es perfecto. La llamada entró en el momento preciso, en medio de mi tribulación.
Mi compañera me comentó que solo tenía que hacer la llamada a la psicóloga y sacar una cita. En realidad, no tenía interés de atenderme con un psicólogo. Sin embargo, tomé la decisión de llamar a una de las psicólogas que me recomendó y recuerdo claramente lo que hablamos.
Le comenté que me gustaría hacerle una serie de preguntas sobre lo que yo estaba sintiendo en ese momento y ella me indicó que con mucho gusto me respondería, que le hiciera todas las preguntas que quería.
Pregunta #1. Dra.: ¿es normal que todo se me olvide?
Pregunta #2. ¿Qué otras cosas me pueden pasar después, que todavía no me han pasado? Pregunta #3. ¿Qué hago para seguir adelante con mi vida?
Pregunta #4. ¿Qué hago para llenar el vacío que tengo en mi alma?
Pregunta #5. ¿Qué hago con este dolor que aprieta mi pecho y no me deja respirar?
La doctora, escuchó atentamente todo lo que yo le pregunta, recuerdo que conversamos 25 minutos por celular, les puedo asegurar que lo que me recomendó la doctora, me ayudo muchísimo.
Me dijo, Elsie, no te preocupes por lo que va a pasar mañana. Concéntrate en vivir un día a la vez y haz todo lo que te nazca hacer. Si quieres llorar o gritar, date el permiso de hacerlo.
Esto es necesario para que liberes ese dolor que tienes dentro de tu ser. Las lágrimas también limpian el alma, te dan paz y tranquilidad.
Algunas veces vas a sentir que estás montada en una montaña rusa, en un momento estás arriba con buen ánimo y al rato estás abajo con la tristeza y el dolor de nuevo, esto también es muy normal, poco a poco vas a ir superando esta situación a medida que va pasando el tiempo.
Después de la conversación con la Doctora, analicé cada recomendación que me presentó. Todo lo que me dijo lo grabé en mi mente, no tome ningún apunte. Compartí estas recomendaciones con Beto y con Lianna para apoyarlos porque también estaban pasando por la misma situación.
Siguiendo la recomendación de la doctora, la puse en práctica. Dejé que todo en mi vida fluyera, me daba el permiso de llorar todas las veces que sentía ganas, donde quiera que estuviera y con quien estuviera. Nunca sentí pena o incomodidad de llorar en público. También me daba el permiso de sentir cuando la montaña rusa de mis emociones se alteraba de un momento a otro.
Leí varios de los libros que nos regalaron nuestros amigos. Me ayudaron mucho a entender la desprogramación que sufre el ser humano ante una adversidad repentina como la pérdida de un hijo. Siendo este uno de los dolores más grandes que un ser humano puede pasar.
Aunque en algunos momentos al leer libros del duelo, no nos sentíamos identificados con las etapas del duelo que presentaban. De esta forma nos percatamos que cada persona vive el duelo de una forma diferente, aun entre nosotros en la familia Beto, Lianna y yo.
Por esta razón, decidí escribir la experiencia del duelo desde mi propia perspectiva, basada en el apoyo espiritual, con la ayuda de Dios que es nuestro creador que todo lo puede y para Él no hay imposibles. Recuerdo una frase que un amigo me comentó: “Dios le da las peores batallas a sus mejores soldados”, esas palabras han sido claves en mi vida después de la partida de mi hija, me dan fuerza y me dan luz para seguir adelante.
Todas las tardes, desde temprano estábamos listos para la misa de novenario de Mónica a las 6:00 p.m., en la Iglesia de Guadalupe. Para mí, asistir a la misa de mi hija era vital, encontraba paz y tranquilidad. Cada vez que tenía la oportunidad de entrar al Santísimo y pedirle a Dios que me acompañara en este momento de dolor, era muy gratificante. Cuando salía del Santísimo me sentía más liviana, más tranquila y con mucha paz. En estos momentos, sabía que Dios estaba conmigo y me ayudaba a sanar este dolor, inundándome con su paz y con su infinito amor.
Al final de varios días descubrí que cuando me sentía muy triste, la oración era mi mejor aliada, le pedía a Dios y a Mónica que me llenaran de su fortaleza y la respuesta después de varios minutos llegaba como por arte de magia: la paz y la tranquilidad. Es como cuando tienes un dolor de cabeza y te tomas la pastilla y al hacer el efecto, se te quita y no te das cuenta, de esta misma forma sentía que se me pasaba el dolor, con la oración.
Mi profundo agradecimiento a Dios porque siempre está conmigo y por el inmenso amor que me expresó a través de todas las hermosas personas: familiares, amigos, vecinos, compañeros de trabajo que se acercaban con palabras de consuelo, con abrazos, con llamadas, chats, con su compañía en la casa y en las misas de novenario.
Gracias a todos ustedes por su interés en leer mi blog. Les comparto mi testimonio de vida con la intención de ayudar a personas que estén pasando por una adversidad similar.
La vida es una, es corta y todos tenemos una hermosa misión que cumplir. Identifiquemos nuestra misión y disfrutemos de la vida compartiendo con todas las personas que amamos y dejemos un hermoso legado para que siempre seamos recordados.
Que Dios los bendiga y los inunde con su amor y su paz. Hasta el próximo 20 de abril, ¡No se lo pierdan!
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